Rosaura a las diez RESUMEN
La novela Rosaura a las diez empieza con la declaración de la señora Milagros Ramoneda. Ella es la narradora y cuenta la historia de todo lo que ocurrió. Primero, ella dice que todo comenzó hace seis meses cuando el cartero trajo un sobre rosa. Pero, después de pensar más, dice que será mejor que diga que empezó hace doce años cuando un nuevo huésped vino a vivir en su casa. La Señora Milagros es una viuda y la dueña de la hospedería llamada La Madrileña. Ella tiene tres hijas, Matilde, Enilde, y Clotilde. Siempre había pensionistas viviendo en su casa. El hombre que llegó un día a La Madrileña se llamaba Camilo Canegato. Pidió un cuarto con pensión. Camilo era un poco misterioso porque no tenía ni un pariente. Su padre había muerto hace un mes. Estaba solo en el mundo y quería vivir en La Madrileña. Camilo era un pintor de cuadros y un especialista en retratos al óleo.
Milagros decribe los primeros días que Camilo vivió en su casa y entonces da solo un resumen de los doce años y continúa con el presente. Camilo era el huésped modelo, era calladito y modosito, pero tuvo secretos. Siempre iba a la mesa con muchos frascos de jarabes y pastillas. Cuando Milagros le preguntaba para qué tenía esa farmacia, Camilo le contestaba que tomaba las medicinas porque tenía fatiga en el cerebro y mucho sueño. Milagros le sugirió comer más. Otra cosa sospechosa era que durante los doce años, Camilo nunca recibió cartas o llamadas por teléfono, no tenía parientes ni amigos. Milagros y sus tres hijas eran la familia que él no tenía. Pero, ella cuenta que seis meses antes ocurrió algo insólito. El cartero trajó una carta para Camilo Canegato. Porque el sobre era de color rosa y tenía el olor de perfume, Milagros sabía que era correspondencia de una mujer. Después de este día, cada miércoles, llegaba por correo una carta dirigida a Camilo. Milagros y su hijas estaban muy interesadas en el misterio y ellas descubrieron el lugar donde Camilo escondía todas las cartas. Ellas leyeron las cartas y descubrieron que una mujer, que se llamaba Rosaura, estaba enamorada de Camilo.
Las cartas llegaron durante ocho semanas, y, un miércoles, llegó una carta donde faltaba el nombre de Camilo. Milagros leyó la carta antes que Camilo regresará a la casa. Ella no podía creer que Camilo haya vivido con ellas por tanto tiempo y nunca haya dicho nada de una mujer. Cuando él llegó a la hospedería todos se sentaron a la mesa y Milagros le preguntó a Camilo sobre la mujer y él les contó toda la historia.
Un día un hombre le preguntó a Camilo si quería ir con él porque tenía un cuadro deteriorado y pensaba que Camilo podía ayudarlo. Este hombre era muy rico y tenía una casa muy grande. Camilo aceptó el trabajo de la restauración del retrato de la difunta esposa de aquel hombre. Después de empezar el trabajo, el hombre le ofreció a Camilo otro trabajo. El hombre quiso que Camilo pintara un dibujo de su hija Rosaura. Camilo estaba muy feliz porque pensaba que Rosaura era muy bonita. La tía de Rosaura se sentaba con ellos cuando Camilo dibujaba, pero ella siempre se dormía. Durante las sesiones de pintura Camilo y Rosaura se enamoraron. Pero, un día, llegó una carta de Rosaura que decía «Adiós para siempre». Rosaura terminó su relación porque su padre quería que ella se casara con su primo segundo. Camilo estaba muy triste pero sentía que no podía hacer nada. Milagros decía que él debía luchar por su felicidad. Toda la ayuda de Milagros y sus hijas fue inútil. Milagros sugería que Camilo la raptara, fuera por las calles con el retrato de Rosaura, o pusiera un aviso en todos los diarios con grandes letras: «Rosaura. Te espero. Camilo.» A Camilo no le gustaba ninguna de las ideas. Él solo se sentía más y más triste.
Una noche cuando todos cenaban, Rosaura llegó a La Madrileña a las diez. Milagros estaba muy felíz, la abrazó y la besó. Rosaura era muy bonita, no tenía ningún defecto físico. Ella era más valiente que Camilo porque dejaría todo y se vendría a La Madrileña. Durante todo eso, Camilo se quedó en el comedor y no habló. Milagros hablaba con Rosaura y descubrió que ella se había peleado con su padre la noche anterior y escapó. Pero Rosaura no decía mucho, no contestó a todas las preguntas de Milagros. Se quedó en silencio con ojos de perro apaleado. Milagros notó que Rosaura tenía manchas como de golpes y pensaba que el padre lo había hecho. Milagros dio un cuarto a Rosaura y David y Camilo se quedaron en el mismo cuarto. Había problemas porque David y Rosaura eran amigos. Camilo no dijo nada, pero era posible que él tuviera celos. Un dia Milagros oyó voces y gritos en el cuarto de Rosaura. Rosaura estaba llorando pero no dijo nada sobre lo que ocurrió.
A pesar de que Camilo y Rosaura nunca hablaron, ellos decidieron casarse. Cuando se estaban preparando para la boda necesitaban documentos de identidad. Rosaura tenía su cédula y Clotilde, una hija de Milagros, notó que el nombre en la cédula era Marta Córrega. Rosaura le explicó que solo firmó las cartas con el nombre «Rosaura,» y que su nombre realmente era Marta Córrega. Es un misterio por qué razón ella usó un nombre falso. Pero ellos se casaron y se fueron al Hotel Wien para la noche de bodas. De allí partirían al día siguiente para Córdoba, Argentina. Después de la celebración todos estaban un poco achispados y nadie notó la ausencia de David Réguel. Milagros despertó en la noche cuando oyó el timbre y muchas voces. Como un huracán entró David Réguel con las noticias. Dijo que Camilo Canegato mató a Rosaura en un hotel cerca de Rio de la Plata en Buenos Aires.
Cuando Milagros terminó contando su declaración, David Réguel empezó su versión de la historia. Él tuvo una perspectiva muy diferente, solo podría ver el mal en Camilo Canegato. Estaba seguro que Camilo mató a Rosaura y en su declaración a la policia habló de la motivación y dijo que el asesinato tuvo una razón. David tuvo una teoría completa con una tesis, hipótesis y demostración. Era muy obvio que él era más culto y mundano pero sus ideas eran muy negativas. Dijo que Camilo era un «gurrumino» (Denevi 102) y desconfiaba a causa de su vulnerabilidad física. Dijo que Camilo era un hombre que produjo resentimientos y un hombre así era potencialmente peligroso. Camilo se enojó pero nunca dijo nada, solo sudaba mucho. David también contó que Milagros lo trataba sin ninguna consideración y lo explotaba.
David admitió que le gustaba Rosaura, pero también que ella era una de esas espléndidas mujeres que tenían que pasarse la vida encerradas en sus casas. Ella era espiritualmente frustrada. Solo quería a Camilo porque los pintores tienen una aureola falsa de genialidad triste y dulzona. Pero David dijo que Camilo tenía una doblez inconcebible. Un momento Camilo estaba muy tranquilo y el próximo estaba violento. Rosaura no sabía nada del mundo. En la casa de Rosaura, Camilo tenía un poder infinito. Por esta razón, Camilo seducía a Rosaura. David pensaba que la relación entre Rosaura y Camilo llegaría a un momento en que la víctima no ofrecería ya ningún nuevo incentivo a la tentación del corruptor. Camilo no quería una afinidad con Rosaura, la detestó. Él no podía dejar a Rosaura porque ella sabía donde él vivía. Camilo quería mudarse pero Milagros dijo que él no podía. David hablaba del sábado cuando todos estaban dormidos. Él vio a Camilo en puntas de pies y lo espió. Camilo entró del cuarto de Rosaura y le habló brutalmente. Dijo que era necesario que ella se fuera. Pero, finalmente, Rosaura se casó con Camilo y estaba contenta. Después de la boda, los dos salieron para el Hotel Wein, pero en realidad fueron a un hotelucho infame llamado Hotel La Media Luna. Era misterioso porque el hotel era muy malo, ¿por qué se quedaron allí? David y la policía veían a Rosaura muerta en su cuarto y David estaba seguro que Camilo la mató.
Después de la declaración de David Réguel, se inicia una conversación entre Camilo y un inspector llamado Julián Baigorri. Camilo contestó las preguntas del inspector pero decían una historia totalmente diferente que la que contaron Milagros o David. Dijo que trabajó en el taller y fue un restaurador de cuadros, pero no pintó, solo restauró. A veces pintaba dibujos usando una foto para el diseño. Su padre era severo y silencioso y nunca conoció a su madre porque ella murió cuando era niño. A Camilo le gustaba Milagros y sus hijas. Ellas eran como una familia, eran buena gente. Se quedó en La Madrileña por doce años porque sentía terror por cualquier cambio.
El inspector acusó a Camilo por la falsificación del documento de Rosaura, pero Camilo dijo que Rosaura jamás existió y que Señor Belgrano no tuvo ninguna hija. Camilo dijo, «Pero, en esa realidad, yo interpolé un sueño, y mi sueño se llama Rosaura, yo introduje un fantasma, y el fantasma se llama Rosaura» (Denevi 129). Rosaura era una pura invención de su mente. Camilo escribió todas las cartas, tenía la escritura redonda y prolija como una mujer. Fabricó todo en su cabeza. Dijo, «Soñar, vivir, ¿dónde está la diferencia?» (Denevi 130). Sus sueños expresan sus deseos reprimidos. Soñaba con Rosaura durante el día cuando estaba despierto. Soñaba que una mujer le amaba y usaba la relación entre Matilde y Hernández como ejemplo. Camilo dijo, «Soñé hasta el punto de hacer que mi sueño penetrara en la realidad» (Denevi 133). El inspector dijo que Camilo era un loco o un cínico.
Cuando «Rosaura» llegó a La Madrileña Camilo la ignoró. Dijo que no recordaba nada en el tiempo en que Rosaura llegó y cuando ellos estaban en el carro. En la habitación del hotel Rosaura se reía locamente. Camilo quería que ella se detuviera y él oprimió su garganta. Camilo salió, pero cuando salió ella estaba viva. Ella respiraba y le miraba. Cuando volvió un rato después, con David Réguel y la policía, ella estaba muerta. Era posible que otra persona la matara. El hombre del hotel estaba afuera de la puerta. Tenía una cara con cicatrices y se llamaba Turco. También había un muchacho alto vestido con una camisa amarilla. Este hecho es muy importante porque entonces la historia es más complicada.
La ultima declaración es de la Señorita Eufrasia Morales. Ella trabajaba en La Madrileña y hasta entonces estaba escondida. Ella no tuvo una gran parte en la historia, pero era posible que ella guardara un objeto de mucha importancia. Habló de la mucama de la hospedería, llamada Elsa. Elsa trabajó en La Madrileña desde hace varios años y amaba a Camilo Canegato. Ella limpiaba su cuarto y le servía la comida. Pero, cuando ella supo que él andaba de amores, las dos muestras de predilección desaparecieron instantáneamente. Solo Eufrasia se daba cuenta de que Elsa espiaba a Camilo. Eufrasia hablaba de la tarde del sábado cuando ella dejaba de tejer y se acostaba. Pero su cama estaba junto a la pared que separaba su habitación de la que fue de Rosaura. Oyó voces que parecían como una disputa, pero no entendía una sola palabra. Escuchó un rato y oyó que Rosaura dijo, «Para que me vaya vas a tener que darme todo lo que tenés en el banco. Ni por un peso menos me voy de aquí» (Denevi 150). Todas las personas corrieron al cuarto cuando escucharon los gritos. Elsa estaba en el cuarto de Rosaura con todos los huéspedes y no había vuelto a su habitación después. Cuando Rosaura y Milagros fueron al comedor, Elsa entraba al cuarto de Rosaura. Aquel día Rosaura perdió una carta que había escrito. Ella pensó que Camilo la robó. Pero al día siguiente Elsa pidió un dia libre. Ella era un poco sospechosa.
La parte final del libro incluye la carta desaparecida de Rosaura. Elsa tenía la carta. La escritura no guardaba ninguna semejanza con las otras cartas que Camilo recibió. La tercera página fue bruscamente interrumpida. La carta estaba dirigida a Rosa China, la mujer que lavaba la ropa de Camilo. Fue escrita por Marta Correga (Rosaura) a su tía Rosa. Marta Correga usó el nombre de Rosaura para esconder su identidad. Ella justo salió de la prisión después de cinco años. Entró cuando tenía veintiséis años y cuando salió, se sentía mucho más vieja. No tenía nada, caminaba por las calles sin un centavo. Todo era diferente en su mundo y sus amigos no vivían en los mismos lugares. Ella llegó al Palacio Marinera donde vivía Iris, una amiga. Era rebajarse demasiado, pero ellas fueron a vivir juntas como dos hermanas. Iris la ayudaba mucho. Consiguió una nueva cédula de identidad para Marta. María Correa pasó a llamarse Marta Correga. Entonces, ella tuvo dos nombres antes de Rosaura.
Turco era el dueño del Palacio Marinera y tenía cicatrices en su cara. Era amigo de Iris y fabricó la cédula de Marta. Cuando Iris le preguntó a Marta si ella quería trabajar para ellos, Marta dijo que no le gustaba Turco. Había un otro hombre llamado Ministro que era el ayudante de Turco. Él había golpeado a Marta porque no le gustan las mujeres. Ministro era un mal hombre. Marta escribió que había descendido a lo más bajo y no le gustaba. Entonces ella escapó. Pero, luego estaba sola en la ciudad y sola en el mundo. Recordó que su tía planchaba la ropa de un hombre que se llamaba Camilo Canegato en la pensión La Madrileña. Su tía Rosa China, le dio una foto de ella a él y Camilo pintó el retrato. Marta solo quería encontrar a Camilo para recuperar su dinero, y si era necesario, ella casaría con él. Se maquilló y fue a La Madrileña. Cuando llegó la gente salió del interior de la casa y le llamó Rosaura. Ella no entendió porqué.
Por todo esto, la novela Rosaura a las diez era complicada y muy compleja. Porque todos los testigos dieron sus propias declaraciones, no se podía saber la verdad hasta el final. Camilo imaginó a Rosaura, pero ella nunca existió. Tenía una foto de Marta Correga y la llamada «Rosaura». Fue una coincidencia que Marta llegara a La Madrileña y quisiera casarse con Camilo. Al final, Camilo estranguló a Marta pero no la mató. El hombre llamado Turco fue el asesino.